La región mediterránea es una de las zonas más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático, incluidas las inundaciones y la erosión del suelo. Los bosques mediterráneos de alisos o bosques aluviales residuales, un hábitat prioritario de la Directiva de Hábitats (91E0* "Bosques aluviales con Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (Alno-Padion, Alnion incanae, Salicion albae)", desempeñan un importante papel en la estabilización de las riberas de los ríos. El aliso (Alnus glutinosa) también mejora el equilibrio de nutrientes en el suelo, lo que resulta útil para colonizar zonas degradadas.
Los bosques aluviales mediterráneos mejoran la calidad del agua, reducen la eutrofización y son el hábitat de varias especies de interés comunitario, como la trucha, la nutria o el desmán ibérico. Este valioso hábitat ecológico e hidrológico de la cuenca occidental del Tajo está seriamente amenazado, y en largos tramos de presencia histórica es ya inexistente.
El objetivo final del proyecto es aumentar la superficie de bosques aluviales en el río Tajo en 1 032 ha (516 km de arroyos), hábitat que ahora sólo representa el 14% de la longitud de la cuenca. El proyecto se centra en los LIC de la Cuenca Internacional del Tajo Occidental. La principal amenaza es la grave degradación y pérdida de agua, suelo, espacio y biodiversidad.