Life Alnus Taejo

Cuarta Jornada Ambiental con el Programa Colaborativo Rural Ateneo La Picota: La naturaleza vuelve a ser aula en el río Alagón

El proyecto LIFE Alnus Taejo marca un nuevo hito en su compromiso con la educación ambiental y la transferencia de conocimiento mediante con esta jornada práctica junto al Programa Colaborativo Rural Ateneo La Picota del Ayuntamiento de Galisteo. Esta actividad demostró, una vez más, que la unión entre la acción social y la conservación ambiental puede transformar la manera en que entendemos y cuidamos nuestros ecosistemas fluviales.

La jornada comenzó a orillas del río Alagón, convertido en un aula viva donde los participantes, acompañados por la coordinadora del programa y un monitor, aprendieron sobre los trabajos selvícolas que buscan restaurar las riberas, favorecer la regeneración natural y mejorar la conectividad ecológica. Los técnicos del proyecto explicaron cómo la eliminación de especies invasoras y matorral degradado permite el retorno de la vegetación autóctona, promoviendo ecosistemas más sanos y resilientes.

Uno de los momentos más destacados fue la demostración de los viveros volantes, una innovadora solución basada en la naturaleza que permite producir plantas de ribera directamente en el terreno, garantizando una mejor adaptación y reduciendo el impacto ambiental del transporte. Los asistentes participaron activamente en una práctica de estaquillado, aprendiendo a reproducir especies autóctonas y contribuyendo así a la restauración del bosque de ribera.

La actividad continuó en la Casa de Cultura de Montehermoso, donde se ofreció una charla informativa sobre los avances y logros del proyecto LIFE Alnus Tajo. Se abordaron temas como la importancia ecológica de los alisos (Hábitat 91E0*), las técnicas de control de Phytophthora alni, los trabajos de bioingeniería fluvial, la eliminación de barreras obsoletas, las pruebas piloto con fosfitos y las acciones de sensibilización que promueven la custodia del territorio.

El encuentro también puso de relieve la transferibilidad de las metodologías del proyecto, que pueden aplicarse en otras cuencas de la península, y destacó los beneficios sociales derivados de esta colaboración: educación ambiental, empleo rural y empoderamiento ciudadano.

Más allá de la técnica, esta jornada dejó una huella emocional y un mensaje claro: la restauración fluvial es también una herramienta de transformación social. Los participantes no solo aprendieron sobre los ríos y sus bosques, sino que se convirtieron en embajadores de la sostenibilidad, comprometidos con la conservación de los ecosistemas de ribera.

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